Más allá de la frontera: Claves para entender la guerra entre Israel y Palestina
- Nicolás Guerrero
- 10 abr
- 8 Min. de lectura
Actualizado: 14 abr


El conflicto entre Israel y Palestina es uno de los más prolongados y complejos de la historia contemporánea. Sus raíces se hunden en tensiones históricas, políticas, religiosas y territoriales que se remontan más de un siglo, pero su manifestación moderna como guerra abierta ha tomado diversas formas, desde enfrentamientos armados entre ejércitos hasta conflictos asimétricos entre fuerzas estatales israelíes y grupos militantes palestinos como Hamás.
Este análisis explorará cómo comenzó el conflicto en su dimensión histórica y en su escalada más reciente (2023), cómo podría concluir, el impacto del primer día de la guerra de octubre de 2023, el sufrimiento de los ciudadanos en ambos lados y testimonios reales que humanizan la tragedia.
"Escuché disparos a las 7 de la mañana. Corrí al refugio con mi familia, pero mis vecinos no lo lograron. Vi cómo mataban a una pareja frente a su casa. Nunca imaginé esto aquí."

Orígenes históricos: Cómo empezó todo
El conflicto tiene su génesis en el siglo XIX, cuando el movimiento sionista, liderado por figuras como Theodor Herzl, comenzó a abogar por un hogar nacional judío en respuesta al antisemitismo europeo. Palestina, entonces parte del Imperio Otomano y habitada mayoritariamente por árabes musulmanes, fue identificada como el lugar histórico de dicho hogar, basándose en la narrativa bíblica de la Tierra Prometida. En 1917, la Declaración Balfour del Reino Unido expresó apoyo a esta idea, prometiendo facilitar un "hogar nacional para el pueblo judío" en Palestina, sin mencionar explícitamente los derechos de la población árabe local, que constituía cerca del 90% de los habitantes.
Tras la Primera Guerra Mundial y la disolución del Imperio Otomano, el Mandato Británico sobre Palestina (1920-1948) marcó el inicio de una inmigración judía significativa, fomentada por el sionismo y las persecuciones en Europa. Esto generó tensiones con los árabes palestinos, quienes temían la pérdida de sus tierras y autodeterminación. Los enfrentamientos entre ambas comunidades se intensificaron en las décadas de 1920 y 1930, con episodios como la revuelta árabe de 1936-1939 contra la inmigración judía y la administración británica.

El punto de inflexión llegó en 1947, cuando la Asamblea General de la ONU aprobó la Resolución 181, proponiendo la partición de Palestina en dos estados: uno judío (54% del territorio) y otro árabe (45%), con Jerusalén bajo administración internacional. Los líderes judíos aceptaron el plan, pero los árabes palestinos y los países árabes vecinos lo rechazaron, considerándolo injusto por otorgar la mayor parte de la tierra a una minoría judía (aproximadamente un tercio de la población). En mayo de 1948, tras la retirada británica, David Ben-Gurión proclamó la independencia de Israel. Al día siguiente, Egipto, Jordania, Siria, Líbano e Irak declararon la guerra al nuevo estado, desencadenando la primera guerra árabe-israelí.
El conflicto de 1948, conocido como la Guerra de la Independencia por Israel y la Nakba ("catástrofe") por los palestinos, resultó en la victoria israelí y la ocupación del 77% del territorio del Mandato Británico, mucho más de lo asignado por la ONU. Más de 750,000 palestinos fueron desplazados o huyeron, y el estado árabe palestino previsto nunca se materializó. Gaza quedó bajo control egipcio y Cisjordania bajo control jordano, mientras Israel consolidaba su territorio.
Desde entonces, el conflicto ha evolucionado a través de guerras (1956, 1967, 1973), intifadas (1987-1993 y 2000-2005) y enfrentamientos recurrentes entre Israel y grupos palestinos, especialmente Hamás, que asumió el control de Gaza en 2007 tras ganar elecciones en 2006 y expulsar a la Autoridad Palestina, liderada por Fatah. La ocupación israelí de Gaza, Cisjordania y Jerusalén Este desde 1967, junto con el bloqueo de Gaza desde 2007, ha alimentado un ciclo de violencia que persiste hasta hoy.
La escalada de 2023: Cómo empezó la guerra reciente
El conflicto más reciente estalló el 7 de octubre de 2023, cuando Hamás y otros grupos militantes palestinos lanzaron la "Operación Inundación de Al-Aqsa", un ataque sorpresa contra Israel desde la Franja de Gaza. Este evento marcó una de las escaladas más sangrientas en décadas, rompiendo un período de relativa calma tensa. El ataque ocurrió en el contexto de crecientes tensiones: la expansión de asentamientos israelíes en Cisjordania, enfrentamientos en Jerusalén Este (especialmente en la mezquita de Al-Aqsa) y el deterioro de las condiciones humanitarias en Gaza bajo un bloqueo de 16 años.
Hamás justificó el ataque como una respuesta a la ocupación y las "provocaciones" en Al-Aqsa, aunque analistas sugieren que también buscaba torpedear la normalización de relaciones entre Israel y países árabes (como Arabia Saudí) y reavivar la causa palestina en la agenda global. Israel, por su parte, lo calificó como un acto de terrorismo sin precedentes, prometiendo una respuesta militar masiva para "destruir" a Hamás y liberar a los rehenes capturados.
El primer día de la guerra: 7 de octubre de 2023
El 7 de octubre de 2023 amaneció con una ofensiva coordinada y devastadora. A las 6:30 de la mañana (hora local), Hamás disparó miles de cohetes desde Gaza hacia el sur y centro de Israel, abrumando momentáneamente el sistema antimisiles Cúpula de Hierro. Simultáneamente, cientos de combatientes cruzaron la frontera en camiones, motocicletas y parapentes motorizados, atacando comunidades cercanas a Gaza, bases militares y un festival de música al aire libre cerca del kibutz Re’im.
El festival, "Nova", reunía a unas 3,500 personas, principalmente jóvenes. Los militantes abrieron fuego indiscriminado, matando a más de 260 asistentes y tomando decenas de rehenes. En paralelo, atacaron kibutzim como Be’eri y Kfar Aza, entrando casa por casa, asesinando civiles y secuestrando a otros. Videos verificados muestran cuerpos en las calles, vehículos incendiados y escenas de pánico. En total, 1195 personas murieron ese día (815 civiles, incluidos 36 niños) y 251 fueron tomadas como rehenes, según cifras oficiales israelíes al 9 de abril de 2025.
La respuesta israelí fue inmediata pero inicialmente desorganizada debido a la sorpresa. Las Fuerzas de Defensa de Israel (FDI) desplegaron tropas para recuperar el control, pero los combates duraron horas. El primer ministro, Benjamín Netanyahu, declaró el estado de guerra y prometió una retaliación sin precedentes. Al anochecer, Israel comenzó bombardeos aéreos masivos sobre Gaza, marcando el inicio de una campaña que, hasta abril de 2025, ha dejado más de 50,000 muertos palestinos, según el Ministerio de Salud de Gaza.
El 7 de octubre fue el día más mortífero en la historia de Israel desde 1948 y el comienzo de una guerra que ha superado en escala y duración a conflictos previos entre Israel y Hamás (2008-2009, 2012, 2014, 2021).

El sufrimiento de los ciudadanos: Palestinos e israelíes
Palestinos en Gaza y Cisjordania
Para los 2.3 millones de habitantes de Gaza, la guerra ha sido catastrófica. El bloqueo israelí-egipcio, vigente desde 2007, ya limitaba el acceso a alimentos, agua, combustible y medicinas, pero los bombardeos desde octubre de 2023 han destruido más del 60% de las viviendas, según la ONU, dejando a 1.9 millones de personas desplazadas. Rafah, en el sur, se convirtió en un refugio masivo, pero incluso allí los ataques persisten. La hambruna es una realidad: el Programa Mundial de Alimentos informó en marzo de 2025 que 1.1 millones de personas enfrentan inseguridad alimentaria catastrófica, con niños muriendo de desnutrición a un ritmo de uno cada hora.
Los hospitales, como Al-Shifa, han colapsado por falta de suministros y ataques directos (al menos 600 contra instalaciones médicas, según la OMS). La población vive bajo constante bombardeo, con familias enteras aniquiladas en segundos. En Cisjordania, aunque no es el epicentro, la violencia de colonos y las incursiones militares han matado a más de 700 palestinos desde octubre de 2023, según OCHA.
Israelíes en el sur y más allá
Para los israelíes, especialmente en el sur, el 7 de octubre rompió el mito de seguridad. Comunidades como Sderot y Ashkelon han vivido bajo la amenaza de cohetes, mientras las familias de los rehenes enfrentan una angustia prolongada. Más de 100,000 personas fueron evacuadas de áreas cercanas a Gaza y el Líbano (donde Hezbolá entró en el conflicto), y la economía ha sufrido por la movilización de reservistas. Aunque las bajas civiles israelíes (alrededor de 1,500 hasta abril de 2025) son mucho menores que las palestinas, el trauma colectivo es profundo, alimentando un apoyo mayoritario a la guerra, según encuestas del Instituto de Democracia de Israel (70% en diciembre de 2023).
Testimonios reales
A continuación, se presentan testimonios reales de ciudadanos palestinos e israelíes, recopilados de fuentes verificadas como entrevistas de medios internacionales, informes de ONGs y declaraciones públicas:
Mohammed, padre palestino en Gaza (entrevista con Al Jazeera, 15 de octubre de 2023):
"Perdí a mi esposa y a dos de mis hijos en un bombardeo el 10 de octubre. Estábamos durmiendo cuando la casa se derrumbó sobre nosotros. No hay agua, no hay comida, y ahora vivo en una tienda con mis otros tres hijos. Cada noche escuchamos las explosiones y pienso que será nuestro turno."
Rania, enfermera en el hospital Al-Shifa (testimonio a Médicos Sin Fronteras, 3 de enero de 2024):
"No tenemos anestesia para operar. Los niños llegan con las piernas destrozadas y gritando. Ayer murió una niña de 5 años en mis brazos porque no había oxígeno. No sé cómo seguimos vivos."
Noa, madre israelí de un rehén (entrevista con Haaretz, 20 de noviembre de 2023):
"Mi hijo de 19 años estaba en el festival Nova. Lo vi en un video siendo arrastrado por Hamás. No duermo, no como, solo espero una señal. El gobierno dice que los traerá de vuelta, pero cada día siento que se aleja más."
Eitan, residente de Kibutz Be’eri (declaración a BBC, 9 de octubre de 2023):
"Escuché disparos a las 7 de la mañana. Corrí al refugio con mi familia, pero mis vecinos no lo lograron. Vi cómo mataban a una pareja frente a su casa. Nunca imaginé esto aquí."
Abeer, palestina de Cisjordania (testimonio a Amnesty International, 25 de marzo de 2025):
"Los colonos quemaron nuestro olivar la semana pasada. Cuando mi hermano intentó detenerlos, los soldados lo arrestaron. Vivimos con miedo todos los días, pero no tenemos a dónde ir."
¿Cómo acabará? Perspectivas de resolución
Naciones Unidas Predecir el fin de esta guerra es complejo debido a su naturaleza asimétrica y las posiciones irreconciliables de los actores. Sin embargo, se pueden esbozar escenarios basados en tendencias actuales:
Cese al fuego temporal:
Históricamente, los conflictos entre Israel y Hamás han terminado con treguas mediadas por Egipto o Qatar. En diciembre de 2023, se propuso una tregua que incluía la liberación de rehenes a cambio de ayuda humanitaria, pero Hamás la rechazó al exigir un fin definitivo de las hostilidades. Un alto el fuego podría ocurrir en 2025 si la presión internacional (EE.UU., ONU) y el agotamiento mutuo lo fuerzan, aunque no resolvería las causas subyacentes.
Destrucción parcial de Hamás:
Israel busca eliminar la capacidad militar de Hamás, pero expertos como Elham Fakhro (Chatham House) argumentan que esto es inviable a largo plazo, ya que Hamás está arraigado en la sociedad gazatí. Incluso si sus líderes son asesinados (como Ismail Haniyeh, muerto en un ataque en 2024), el vacío podría ser llenado por grupos más radicales, como la Yihad Islámica.
Ocupación o reconfiguración de Gaza:
Netanyahu ha sugerido un plan para "vaciar" Gaza, aunque Egipto y Jordania rechazan acoger refugiados. Una ocupación prolongada por Israel es improbable por su costo político y económico. Alternativamente, un gobierno internacional o la Autoridad Palestina podrían asumir el control, pero ambos carecen de legitimidad o capacidad actual.
Solución política a largo plazo:
La única resolución duradera requeriría abordar la ocupación, el derecho al retorno palestino y el estatus de Jerusalén, pero el ascenso de la derecha en Israel y la fragmentación palestina (Hamás vs. Fatah) lo hacen remoto. Los Acuerdos de Oslo (1993) fracasaron por estas razones, y hoy la desconfianza es mayor.
La guerra podría prolongarse como un conflicto de baja intensidad, con brotes periódicos de violencia, a menos que una presión externa masiva (ej. sanciones a Israel o un cambio en la política de EE.UU.) altere la dinámica. Hasta abril de 2025, no hay indicios claros de un final inminente.
Hatem Moussa (AP) La guerra entre Israel y Palestina, en su forma histórica y actual, es un tragedia humana y política sin solución sencilla. Desde sus orígenes en el choque entre el sionismo y el nacionalismo palestino hasta la devastación de 2023-2025, ha dejado cicatrices imborrables en ambas sociedades. El 7 de octubre de 2023 marcó un punto de no retorno, exponiendo la fragilidad de la seguridad israelí y la desesperación palestina. Los ciudadanos, atrapados entre bombas y cohetes, sufren las consecuencias de decisiones políticas y militares que escapan a su control. Los testimonios reales nos recuerdan que, más allá de las cifras, hay vidas destrozadas. El futuro sigue incierto, pero sin un cambio radical en las dinámicas de poder y voluntad internacional, la paz seguirá siendo un espejismo en esta tierra disputada.
Muy buen resumen del conflicto más grave que se mantiene sin resolver, cuyo origen en el antisemitismo y el colonialismo de Europa, como bien refiere el artículo. Ojalá hayamos aprendido lo grave que es despreciar primero y demonizar después a los "otros": ayer a los judíos con los que convivíamos, luego a los palestinos a quienes colonizamos... hoy, de nuevo, ¿a los musulmanes con los que convivimos?
Se ha hecho un buen estudio y en profundidad del tema, con una descripcion real del problema. Aunque no se vea la solucion a corto plazo.